lunes, 29 de septiembre de 2014
jueves, 18 de septiembre de 2014
- Capitulo 9 -
- Manchados de sangre -
Acerqué mi mano a la manilla de la puerta con sumo cuidado y en silencio. El pomo estaba frío como el hielo. La mano me temblaba de los nervios, no hacia mas que pensar en que podíamos encontrarnos fuera pero sentía la presión de los demás en mi espalda a si que tenía que salir.
Mientras, mi otra mano se alzaba con el martillo que había cogido. Empuje la puerta, mi mano hundía la manilla para conseguir abrir la pesada puerta.
Se fue abriendo, poco a poco, como a trompicones... Las bisagras chirriaban suavemente.
Mi pie derecho salio de la sala el primero y mi pie izquierdo le seguía.
El corazón me latía a mil, mi mano, la que sujetaba el martillo, se alzaba con fuerza y seguridad por si algo fuera podía sorprenderme.
Estaba fuera, no había nadie, sin embargo salir ahí daba absoluto terror. La sangre manchaba las paredes del pasillo, el cuerpo de la bestia al que Lidia había apaleado después de morder a Gemma seguía ahí en el pasillo y empezaba a apestar.
Antes de poder salir de ese piso necesitábamos inspeccionarlo, aunque, tampoco queríamos arriesgarnos a perder a otra persona.
Ese piso no era muy grande prácticamente hace unas horas nos lo habíamos recorrido corriendo y nadie había dado señales de vida.
Comenzaba ha hacerse de noche y necesitábamos agua, comida y un sitio seguro donde pasar la noche, por la mañana ya intentaríamos avanzar algo mas, era arriesgado seguir.
Unos golpes en el piso superior llamaron nuestra atención, nos miramos asustados pero a pesar de ello el piso de arriba tenia baño, podríamos beber agua ademas de resguardarnos en alguna de las dos aulas mas grandes del instituto.
Las escaleras se nos hacían eternas, nunca pensé que ese piso estuviese tan lejos pero si que debo de admitir que muchas veces me había quejado de esas escaleras...
Al llegar lo vimos, una de esas cosas, un zombie. El estúpido de él chocaba la cabeza contra el aula de dibujo artístico... ¿Pretendía hacer un agujero con la cabeza? No se, pero, Diego sin pensárselo dos veces le asestó un golpe en la cabeza, partiéndosela en dos y salpicando sesos por las paredes.
Su cara jamás la olvidaré, se dio la vuelta y nos dedicó una sonrisa. Por un momento se nos olvido todo lo que nos podía esperar...
domingo, 7 de septiembre de 2014
-Capitulo 8-
- Tomar medidas -
Un mordisco de una de esas bestias marco el final de la vida de Gemma.
Ella decidió quedarse sola, encerrada con el fin de no ver su perturbadora transformación.
Gire la cabeza por última vez, mirando atrás y pensando que podía haber sido otra de nosotras.
Ella era genial, una amiga para toda la vida.
La echaré de menos mientras viva en este mundo de locos...
Estábamos hechas polvo y no sabíamos que hacer.
Volvimos a la salita.
Ahora la razón tenía que abrirse paso ante las circunstancias. Era el momento de encontrar soluciones, no de darse por vencidos.
El tiempo pasaba y nadie abria la boca. Estábamos ahí plantados, los unos frente a los otros, sin tener ni idea de que decir. Era todo tan irreal, tan surrealista que solo esperábamos despertar y apagar ese despertador a las 6 de la mañana de un Lunes...
-"Quiero salir de aquí, cueste lo que cueste, y pienso pasar por encima de tantos antropófagos como sea necesario para conseguir conseguir ponerme a salvo"-Esas fueron las primeras palabras que salieron de la boca de alguien, Lidia.
Desesperada por salir de ahí, desesperada por que esa pesadilla, lo único que no quería era repetir esa experiencia que acabábamos de pasar.
Lidia era miga de Gemma desde pequeña, no se como aun aguantaba sin darse por vencida. Tal cual se levantó, nos miro y con gran ímpetu se puso a buscar algo útil con lo que hacer frente a esas cosas.
Reflexione durante unos segundos esas palabras que Lidia había vomitado con tanta rabia. Tenia toda la razón, había que hacer algo porque quedarse sentados y cruzados de brazos no solucionaría nada. Sería como estar esperando a la muerte que viniese y nos llevase. Había que hacer frente al tan indeseado apocalipsis.
Nos armamos con unos cuantos palos de escoba, fregona, unas llaves inglesas, martillos y destornilladores...
Suena penoso pero era lo único que en la sala del bedel pudimos encontrar...
Nuestro objetivo, conseguir llegar al gimnasio, donde encontraríamos mas armas como picas, bates y algo más que seguro que nos serviría para poder salir del instituto de en nuestra forma habitual y sin ningún mordisco.
Por fin, estábamos listos para salir y afrontar el destino, había que hacerlo, conseguir salir de ahí era nuestra meta.
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