sábado, 14 de junio de 2014

- Capitulo 1 -

Queridas lecciones de literatura...


Quinta fila a la derecha, junto al radiador, en el segundo piso del aula 19 del edificio Goya. Clase de Lengua, sí, esa aburridísima clase de literatura en la que todo el mundo está medio dormido. 

Vaya royazo nos está metiendo, menuda chapada... Ella me miraba con esos enormes ojos marrones, yo la miraba también, se reía,una enorme sonrisa con la que enseñaba esos preciosos dientes. Me hacía una mueca para expresar su aburrimiento sin fin y yo se la devolvía, acompañándola de una sonrisa. Guiomar, la había conocido ese mismo año, era una chica alta, de largo cabello castaño y una gran capacidad para hacer amigos fácilmente. Era genial, nos daba vida y nos alegraba cuando teníamos un mal día. Una fila mas adelante estaba Lidia, una chica bajita,de cabello pelirrojo y pecosa, de carácter fuerte pero con una gran debilidad con el cine. A su lado, sentada delante mio, estaba Gemma, friki, una de las mejores, compartíamos muchísimas aficiones, era alta y vaga, de cabello castaño con grandes caracolitos. Ellas por el contrario, mataban su aburrimiento discutiendo y peleándose, como siempre.  

Era martes, largo martes, siete horas de clases, un sufrimiento, y más si mirabas por la ventana y vías comenzar esos bonitos y calurosos días de verano... Después de hacernos nuestras típicas muecas de aburrimiento para pasar el tiempo comenzamos con las notitas, típicas notitas de adolescente, aunque vaya... no nos contábamos nada que no supiésemos, nada interesante en realidad. El profesor seguía enfrascado en la novela pastoril y nosotras pensando ya en el fin de semana, en que hacer a la salida, que ilusas, no teníamos ni idea de lo que iba a pasar horas después. 

"Concentradas en nuestra lección de literatura" comenzamos a oír ajetreo en los pasillos, pero bueno, nada fuera de lo normal una hora antes de un recreo. Toco la campana, recogimos, metimos todo en nuestras mochilas y justo al abrir la puerta la secretaria entró, como una bala. Parecía algo nerviosa, debía haber tenido una mañana algo movida, paso y comenzó ha hablar con el profesor. 

Nosotras salimos y fuimos a la cafetería del insti a seguir con la rutina. Allí cada uno se compro su bocadillo y su café. Los que fumaban se salían fuera y los sanos como notros nos quedábamos dentro. 

Como cada mañana ahí estaba él, el gran amor de mi vida, alto, fuerte, con ese pelo color ceniza, de ojos grandes y marrones, con ellos me veía el alma, con ellos te decia todo, de sonrisa perfecta. Jugaba al ping-pong con sus amigos. Cada día lo miraba y me enamoraba mas, pero vaya, tontadas de niña adolescente, algo imposible.

Era mi amigo, hablábamos de juegos, pelis, series, nos reíamos y nos mirábamos pero nada mas, exclusivamente eso, lo tenia muy asumido, el era tan solo un amigo.

Salimos de la cafetería, caminaba mirando al suelo, escuchando como mis amigos hablaban, hablaban de pasar el verano en Castellón, nos montábamos nuestras ilusiones. De repente se callaron se hizo silencio, alcé la cabeza, la gente comenzó a chillar y a correr, no sabíamos que pasaba, Alba, una amiga nuestra salió del edificio de donde procedían los gritos. 

Corriendo se acercó a nosotros, en su cara podia verse reflejado el miedo. Nadie sabíamos que pasaba. Ella nos dijo que corriésemos, que no preguntásemos hasta estar seguros, que buscásemos un sitio tranquilo y allí esperásemos.





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