sábado, 27 de diciembre de 2014

- Capitulo 15 -

- Dominación del caos, la destrucción y la muerte -

Parte 1: - Caos -

Cambiamos, ya no éramos nosotros mismos... El mundo a nuestro alrededor lo había hecho... ¿Porque no amoldarse a el? Habíamos dejado de ver la muerte como algo tabú y prohibido para pasar a ser algo necesario y común, a diario la muerte estaba presente, dándonos la mano y guiándonos por el camino que ella quería. A pesar de que intentábamos esquivarla ahí estaba... Esperando... Impaciente...

El terror se mostraba en nuestros rostros. Caras desencajadas por lo que acabábamos de presenciar.

Lidia cayó sobre sus rodillas al suelo, lloraba, sabia lo que había hecho, sentía miedo, actuó por impulso, por dolor, por desesperación... 


Nosotros atónitos mirábamos. En otras circunstancias no se nos hubiese pasado ni en un millon de años que en la cabeza de Lidia había una bestia la cual actuaba por impulso y con agresividad. Pero sinceramente, ¿alguien había pensado que pudiese ser posible esta situación?

¡UNA MIERDA!

En ese momento dominaba el caos... 



jueves, 20 de noviembre de 2014

- Capitulo 14 -

- Ya son dos días en el infierno -

La sala se encontraba sumida en un profundo silencio, en el cual, el estornudo de uno de ellos puso fin a esa situación tan extraña e inesperada en la que todos nos encontrábamos.

Un murmullo, una pregunta salio de la boca de uno de los chicos, Victor, - ¿Que está pasando?. - dijo suavemente y sin apenas fuerzas. La respuesta salió de Alba, desganada pero simple. - Los muertos ya no caben en el infierno, el apocalipsis ha llegado y lo único que podemos hacer es intentar seguir con vida. -

Los chicos que acompañaban a Victor nos eran conocidos ya desde antes. Estaba Hugo, un chico de segundo curso, no muy sociable y siempre acompañado de su novia, Marta, una chica sociable y bastante maja, había cruzado alguna palabra con ella y así lo parecía. A su la do se encontraba Guille, mejor amigo de David, apenas lo conocía pero solía ser un chico llevado por impulsos y muy competitivo, por último junto a él, David, que os voy a decir de el que no haya dicho antes... Aunque sinceramente, no tenia tiempo para andar tonteando en esa situación...

Habían pasado un calvario, al igual que nosotros, una matanza indiscriminada que había acabado con otros compañeros los cuales formaban parte de su vida... Era duro seguir adelante, pero, tampoco podíamos quedarnos con los brazos cruzados dándole gusto a la muerte. 

Venían del edificio Velazquez, del cual lo único que nos contaban era que estaba igual que todos, muerto.

Tenían la misma idea que nosotros, salir de ahí, aunque con una ligera variación, habían oído que este edificio tenia sótano en el que se guardaban cantidad de materiales. Desde ese momento, nuestro plan dio un giro y decidimos optar por ir con ellos. Nos apoyaríamos y conseguiríamos encontrar el sótano y salir de ahí. 

Un pequeño ataque de tos procedente de Hugo nos alarmó. Lo miramos. Una mancha de sangre en el costado teñía su camisa. Su cara estaba pálida y algo desmejorada en pocos minutos y mostraba un cansancio que se hacía de notar en sus piernas.  El insistía, - No es nada - decía nervioso. Él sabía que no era así y sabría como acabaría.

Un cincel voló procedente de más atrás de el. Perforó su cráneo y una explosión de sangre salpicó indiscriminadamente. El lanzamiento dañó su cerebro ocasionándole una muerte instantánea. Marta pringada de la sangre de su novio de pies a cabeza comenzó a chillar. Hugo callo y nuestras cabezas giraron hacia el lado donde se había lanzado. 

Todo fue tan rápido.

Lidia... 

Nos miraba, con lágrimas en los ojos. -¡Le habían mordido, era una amenaza. Moriría enseguida y a mano de uno de nosotros!¡LO SABÉIS! ¡NO QUIERO ARRIESGARME A PERDER A OTRO DE LOS NUESTROS, NO QUIERO PASAR OTRO DÍA COMO EL DE AYER¡ - Ella guitaba, se desesperaba, y lloraba mientras caía al suelo de puro arrepentimiento. 

Esa fue la justificación, clara y sincera. La situación había podido con ella, podía con todos, nos cambiaba, no éramos nosotros mismos. 






Si os ha gustado o si cambiariais algo por favor dejad vuestro comentario abajo. Gracias por leerlo <3





martes, 4 de noviembre de 2014

- Capitulo 13 -



- Sobreviviendo -


Paso a paso bajábamos las escaleras, cuidadosamente, en silencio y armados como bien habíamos podido. En el rellano entre la primera y segunda planta divisamos el panorama del primer piso.


Dos zombies a la izquierda, nada más llegar,  mientras, otros tres al fondo del pasillo. Cuidadosamente y sin hacer ruido Lidia y Diego se acercaron a los de la izquierda. Poco a poco. Apenas a dos metros de ellos, no habían notado su presencia. Avanzaban sobre seguro, en silencio. 


Un ligero roce contra la pared a las espaldas de Lidia hizo reacción en ellos, aunque no duró mucho, Diego degolló a sangre fría al primero y mientras, Lidia golpeaba al otro hasta tirarlo al suelo y acabar con el. Mientras los zombies que había al fondo, al escuchar los golpes se acercaron a cotillear, aunque les salió caro, acabaron de la misma manera. Nos dimos cuenta de gran detalle de esos muertos, reaccionan con gran sensibilidad al sonido y a los olores. Esto nos facilitaría las cosas a la hora de crear nuestras estrategias para sobrevivir. El primer piso lo dejamos libre, a excepción del baño, no queríamos entrar ahí...  Llegamos a la planta baja allí había dos y detras la puerta de salida. Perfecto, nuestra salvación o nuestra muerte, todo por salir de ahí. Me acorde de que justo enfrente del aula de volumen se encuentra el taller que usan los de mecánica para trabajar. La cosas cambiaban a mejor,  mataríamos a los zombies cerraríamos la puerta e intentaríamos entrar en el taller. Dos golpes y listo. Muertos remuertos y puerta cerrada.  Cada vez se nos hacía mas fácil matarlos aunque se notaba algunos cambios en los demás... Agresividad, independencia pero siempre se mantenía la amistad y la actitud de grupo. Abrimos el taller, allí algunas personas habían intentado encontrar  su salvación, pero sin ninguna suerte. Acabamos con ellas y buscamos herramientas. Nos hicimos con todo lo que encontramos, sierras eléctricas a batería, sierras manuales, llaves inglesas, destornilladores, barras metálicas, un taladro a batería, martillos y algún alicate. Listos para seguir, los repartimos en las mochilas.


Un gran alboroto fuera nos pillo por sorpresa, golpes, chillos y un fuerte estruendo. Salimos del taller sobresaltados. Ahí estaban un grupo de chicos eran otros cinco supervivientes los cuales habían luchado por entrar ahí e intentaban atrancar la puerta, ya que una masa de zombies intentaba entrar. ¡¿Que habían hecho para llegar a ese punto?! 


Las cosas se complicaban.


Les ayudamos. Se asustaron de vernos de imprevisto pero reaccionaron rápido y sin desgracias ni sustos para nadie.


Colocamos una llave inglesa la cual hizo tope y respiramos tranquilos.Entramos todos aliviados al taller.


¿Que demonios había pasado y como habían conseguido resistir a esta oleada de muerte y destrucción?





jueves, 16 de octubre de 2014

- Capitulo 12-

- Buenos días desde el infierno -

Un nuevo día se abría paso y los primeros rayos de luz asomaban por los ventanales de la clase de técnico. Me acariciaban suavemente la cara pero aun así  molestos, sin piedad. Abrí los ojos, divisando todo lo que había a mi alrededor. Ahí estábamos, seguíamos vivos aunque algo empanados por el madrugón.
Diego, al cual le había tocado la última guardia, se había quedado dormido, aunque era normal, habíamos pasado un infierno.


Me quedé pensando durante un buen rato << ¿Que nos estaría preparando la muerte para castigarnos hoy? ¿Sería tan agónico y terrible como ayer? ¿Perderíamos a alguien más? ¿Tendríamos oportunidades de vivir? Necesitábamos agua y comida, ¿donde la podríamos conseguir? También necesitábamos nuevas armas, ¡Teníamos que llegar al gimnasio del instituto¡ ¿Seriamos capaces de conseguirlo? No había tiempo. Si la muerte nos quería matar tendría que esforzarse, no se lo íbamos a poner fácil. Lucharíamos por nuestra vida y, nunca mejor dicho, seria lo último que haríamos.>>


Teníamos que ponernos en marcha.




lunes, 13 de octubre de 2014

- Capitulo 11-

- Ríos de sangre -

Un reguero de sangre corría por su brazo formando un gran charco, tiñendo el suelo. Ella apoyada en la pared, pálida, luchando por su último aliento, nos miraba esperando a que hiciésemos algo. Estábamos inmóviles frente a ella esperando a su inevitable transformación. Alguien tenía que darle muerte al monstruo en que iba a convertirse Marina.
Sin apenas fuerzas, un sutil hilo de voz se derramó de sus labios.
-"¿Quien lo hará?"-
Un escalofrío nos recorrió el cuerpo, desde el tobillo hasta la nuca. Conseguir separar los sentimientos del deber. Nos miramos uno por uno fuimos agachando la cabeza, evadiendo total responsabilidad ante el brutal acto que debía de cometer uno de nosotros. Al final, Alba con determinación tomó la iniciativa y se encaminó al lado de Marina, dando a entender que sería ella la que asestaría el golpe final en la nuca de su amiga. Cogiendo el arma que empuñaba Diego, se sentó y le dirigió unas palabras que ninguno llegamos a entender. Asintió midió bien el golpe, para que fuera una muerte en el acto, sin sufrimientos y con la sangre fría que acompaña a un ejecutor, le quitó la vida como en un suspiro.


lunes, 29 de septiembre de 2014

-Capítulo 10-

- Luna llena de sangre -


El sol rallaba el horizonte, la oscuridad empezaba a crecer tan rápido como el miedo en nuestros corazones. Decidimos escabullirnos hasta una de las aulas mayores del piso superior para pasar la noche ya que jugarse la vida no era una opción y necesitábamos dar descanso a nuestros lastrados cuerpos.
En el interior del aula la tranquilidad reinaba, pero aun así había que asegurarse de que estábamos solos.


Me dispuse a mirar en los  cajones buscando algo util que pudiesemos usar como arma ya que en la zona donde estaba no habia gran sitio donde poderse esconder. Abría un cajon tras otro sin encontrar nada... Solo pinceles, tizas y trapos...


Un estruendo. Un fuerte grito ahogado llegó a mi desde el fondo de la clase. Me giré y ahi estaba. No me lo creia, me costó reconocerla, Irene, una chica genial, amable y perfecta compañera convertida en una bestia desfigurada... Se abalanzo sobre Ivan, al cuello a su cara, mordiendole, desgarrandole su tostada piel. La sangre salia hacia todas direcciones, manchando a cualquiera que se encontrase cerca. Salia a borbotones como una cascada, miestras él forcegeaba y gritaba. Nada agradable a la vista. Pasó tan rápido...

Fede empapada de  sangre, golpeaba con ira la cabeza de la criatura con una grapadora sin conseguir nada. Sólo recuerdo sangre, gritos, ivan tendido en el suelo y el sonido de mi martillo partiendole la cabeza a esa cosa en la que se habia convertido Irene.


Silencio. Gruñidos en la escalera. ¡No podía ser!. Se había liado tantisimo jaleo que nos habían oido y subian impulsibamente por las estaleras refuerzos de bestias sedientas de una carnicería. 


Corrimos, apenas veíamos, solo gracias a unos tenues rayos de luz que entraban por los ventanales.


 De las escaleras llegaban los primeros gruñidos y los primeros  golpes. Lidia  Diego y yo golpeábamos a los que primero llegaban empujándolos por las escaleras, aunque no servia de mucho, solo ganábamos tiempo. Alba y Guio buscaban la forma de poder entrar en la clase de al lado, Marina y Fede se escondían en la otra clase. 


Un golpe tras otro, asi durante una larga media hora hasta que consiguieron abrir la puerta del otro aula. Al abrir nos ayudaron a acabar con los cinco caminantes que tirábamos una y otra vez por las escaleras y ya tranquilos nos dispusimos a recoger las cosas y trasladarnos a la otra clase, la cual parecía más tranquila ya que estaba cerrada.


Cruzamos el umbral de la clase donde Marina y Fede estaban y nos dispusimos a coger las cosas e irnos, pero cantamos victoria demasiado pronto. 
Ivan, o esa cosa, en la que de nuevo otro de los nuestros se había convertido, llacia encima de Fede, a la cual había desgarrado sin piedad tal y como habían hecho con él. 


Sin embargo Marina con ayuda de un destornillador había terminado el sufrimiento de ambos atravesando sus craneos, pero por el contrario su sufrimiento no habia terminado. Un mordisco, en su tobillo.


Nos miraba, se miraba, embadurnada de sangre, sabia que iba a pasar....










jueves, 18 de septiembre de 2014

- Capitulo 9 -

- Manchados de sangre -

Acerqué mi mano a la manilla de la puerta con sumo cuidado y en silencio. El pomo estaba frío como el hielo. La mano me temblaba de los nervios, no hacia mas que pensar en que podíamos encontrarnos fuera pero sentía la presión de los demás en mi espalda a si que tenía que salir.
Mientras, mi otra mano se alzaba con el martillo que había cogido. Empuje la puerta, mi mano hundía la manilla para conseguir abrir la pesada puerta.
Se fue abriendo, poco a poco, como a trompicones... Las bisagras chirriaban suavemente.
Mi pie derecho salio de la sala el primero y mi pie izquierdo le seguía. 

El corazón me latía a mil, mi mano, la que sujetaba el martillo, se alzaba con fuerza y  seguridad por si algo fuera podía sorprenderme.
Estaba fuera, no había nadie, sin embargo salir ahí daba absoluto terror. La sangre manchaba las paredes del pasillo, el cuerpo de la bestia al que Lidia había apaleado después de morder a Gemma seguía ahí en el pasillo y empezaba a apestar.
Antes de poder salir de ese piso necesitábamos inspeccionarlo, aunque, tampoco queríamos arriesgarnos a perder a otra persona.
Ese piso no era muy grande prácticamente hace unas horas nos lo habíamos recorrido corriendo y nadie había dado señales de vida.
Comenzaba ha hacerse de noche y necesitábamos agua, comida y un sitio seguro donde pasar la noche, por la mañana ya intentaríamos avanzar algo mas, era arriesgado seguir.
Unos golpes en el piso superior llamaron nuestra atención, nos miramos asustados pero a pesar de ello el piso de arriba tenia baño, podríamos beber agua ademas de resguardarnos en alguna de las dos aulas mas grandes del instituto.
Las escaleras se nos hacían eternas, nunca pensé que ese piso estuviese tan lejos pero si que debo de admitir que muchas veces me había quejado de esas escaleras...
Al llegar lo vimos, una de esas cosas, un zombie. El estúpido de él chocaba la cabeza contra el aula de dibujo artístico... ¿Pretendía hacer un agujero con la cabeza? No se, pero, Diego sin pensárselo dos veces le asestó un golpe en la cabeza, partiéndosela en dos y salpicando sesos por las paredes.
Su cara jamás la olvidaré, se dio la vuelta y nos dedicó una sonrisa. Por un momento se nos olvido todo lo que nos podía esperar...



domingo, 7 de septiembre de 2014

-Capitulo 8-


- Tomar medidas -

Un mordisco de una de esas bestias marco el final de la vida de Gemma. 

Ella decidió quedarse sola, encerrada con el fin de no ver su perturbadora transformación.
Gire la cabeza por última vez, mirando atrás y pensando que podía haber sido otra de nosotras.


Ella era genial, una amiga para toda la vida. 

La echaré de menos mientras viva en este mundo de locos...


Estábamos hechas polvo y no sabíamos que hacer. 

Volvimos a la salita.

 Ahora la razón tenía que abrirse paso ante las circunstancias. Era el momento de encontrar soluciones, no de darse por vencidos.

El tiempo pasaba y nadie abria la boca. Estábamos ahí plantados, los unos frente a los otros, sin tener ni idea de que decir. Era todo tan irreal, tan surrealista que solo esperábamos despertar y apagar ese despertador a las 6 de la mañana de un Lunes...


-"Quiero salir de aquí, cueste lo que cueste, y pienso pasar por encima de tantos antropófagos como sea necesario para conseguir conseguir ponerme a salvo"-Esas fueron las primeras palabras que salieron de la boca de alguien, Lidia. 

Desesperada por salir de ahí, desesperada por que esa pesadilla, lo único que no quería era repetir esa experiencia que acabábamos de pasar.

Lidia era miga de Gemma desde pequeña, no se como aun aguantaba sin darse por vencida. Tal cual se levantó, nos miro y con gran ímpetu se puso a buscar algo útil con lo que hacer frente a esas cosas.


Reflexione durante unos segundos esas palabras que Lidia había vomitado con tanta rabia.  Tenia toda la razón, había que hacer algo porque quedarse sentados y cruzados de brazos no solucionaría nada. Sería como estar esperando a la muerte que viniese y nos llevase. Había que hacer frente al tan indeseado apocalipsis.


Nos armamos con unos cuantos palos de escoba, fregona, unas llaves inglesas, martillos y destornilladores...

 Suena penoso pero era lo único que en la sala del bedel pudimos encontrar...


 Nuestro objetivo, conseguir llegar al gimnasio, donde encontraríamos mas armas como picas, bates y algo más que seguro que nos serviría para poder salir del instituto de en nuestra forma habitual y sin ningún mordisco.
Por fin, estábamos listos para salir y afrontar el destino, había que hacerlo, conseguir salir de ahí era nuestra meta. 



martes, 19 de agosto de 2014

- Capitulo 7 -

- Memorias de un infectado -

"Todo lo que pensaba que era el mundo se desvanecía poco a poco, una vida de 19 años, en la cual he vivido alegrías, he llorado, me he enamorado y he encontrado a unas personas perfectas las cuales me han enseñado que es la amistad, todo ello, se esta terminando, tengo que dejarlo marchar.

Tengo frío, unas pequeñas gotas de sudor hacen carreras a ver quien consigue llegar primero de mi frente a la barbilla...


No tengo fuerzas, no puedo ponerme en pie.


El dolor aumenta por momentos, sube desde el brazo pasando por el cuello hasta mi cabeza. Notaba como ese mordisco, ese desgarro del brazo me ardía, me quemaba y mientras sangraba.


Solo me quedaba esperar.


Esperar a convertirme en un ser repulsivo, perdido y muerto, sin ninguna forma de saber que hacer.


Comenzaba ha quemarme la cabeza, la boca se secaba parecía un estropajo y la lengua daba vueltas en ella intentando buscar un resquicio de saliva.


Las piernas dejaron de responderme. Los ojos, no veía y mis manos, torpes, ya no servían para nada...


Debo admitir que oía muy bien, pero de lo que me iba a servir... prefería no seguir pensándolo.


¿Mataría a gente?¿A gente la cual quiero? ¿Estaría pronto mi cabeza abierta contra el cemento? Son preguntas que ya respondería mas adelante... 

Inconscientemente espero...


Me doy por vencida,
esto se acaba,
dejo de ser yo, yo misma,
para entregarme a una vida dedicada ha vagar perdida para conseguir saciar El Hambre, un hambre de sangre, vísceras y sesos humanos, un hambre insaciable."

- Gemma - ♥



viernes, 25 de julio de 2014

- Capitulo 6 -

- Un último deseo -

"No me matéis. Iros. Dejadme en el cuarto de donde salimos, atrancad la puerta, pero iros. Por favor iros.

 Me transformare en una bestia pero no quiero que seáis vosotros los que me matéis. Ni siquiera quiero que me veáis. Salvaros. Conseguid escapar... 

Gracias... Gracias por todo"




Esas palabras resonaran en mi cabeza día tras día hasta que toda esta pesadilla acabe.


Gemma te echare de menos. 








(GEMMA: persona totalmente real, una amiga genial a la cual la quiero un monton. Espero que no se enfade por haberla matado. Gracias por ser como eres)

-Capitulo 5-

- Un paso del cielo al infierno -


Una luz desenfocada, tenue y blanca me deslumbraba. ¿Estaba en el cielo?


Poco a poco fui abriendo los ojos, se fueron amoldando a la luz, cada vez veía mas nítido y conseguía diferenciar algunas formas.


En ese momento me percate de que no estaba en el cielo, seguía en el mismo infierno en que la tierra se estaba convirtiendo.

Estábamos en una sala, completamente diferente a la de antes, era un poco mas grande pero igual de oscura, no sabia en que parte del edificio estábamos o si seguíamos en el mismo edificio.
Había mas gente, eramos como cuatro personas más que antes. Me incorporé, me apoye a la pared evitando perder el equilibrio e hice un reconocimiento visual de todo sin articular palabra.

Ellos me miraban, yo les miraba, eran tan normales como nosotros, no tenían ningún síntoma de transformación ni nada parecido. Estábamos "a salvo".

Los conocía, daba clase con ellos, el primer chico era Ivan, educado y estudioso con una gran imaginación, Marina, tímida callada pero siempre al tanto de todo lo que pasaba y con una personalidad bastante peculiar, Diego, aparentemente algo empanadete pero gran amigo y por último, Fede, estudiosa y con un gran carácter.

Rápidamente busqué a Gemma con la mirada. Tenia que saber si todo estaba pasando realmente, y, efectivamente.  Me abalancé sobre ella sin pensármelo dos veces, ella lloraba, estaba pálida, sudaba y se desangraba del desgarro de su brazo.

Que hacer? Nadie lo sabia.

Nos pusimos a discutir entre todos que era lo mejor, estaba infectada, tarde o temprano ella seria una amenaza para nosotros, nos querría matar, ¿que era mejor matarla o dejarla?... no sabíamos que hacer. 

La mejor elección,  dejarle elegir ya que era lo mas coherente que podíamos hacer. Dejarla elegir que hacer.

 Darle un último deseo.



martes, 24 de junio de 2014

- Capitulo 4 -

- Sin esperanza -

Alzó los ojos, nos miró con esa mirada perdida,  claros ojos azules, casi blancos y mientras tanto de entre sus dientes caían unas finas lineas de sangre.

Inmóvil frente a la criatura, la miraba atónita, no podía moverme, estaba clavada al suelo. Unos fuertes gritos a mi espalda se clavaban en mis oídos como agujas, pero, aun así yo permanecía inmóvil sin saber que hacer, era una presa fácil dado el pánico que me invadía.


Un fuerte tirón en el brazo me saco de golpe de la prisión que había resultado ser el miedo. Corría o me hacían correr, pasó todo tan deprisa. Volvíamos hacia donde habíamos salido, aporreando las puertas, armando estruendo, a ver si había suerte y alguien nos abría, pero sin éxito, estaban vacías...

No podía creerme que todo se fuese a acabar ahí, 17 años e iba a acabar desmembrada por un ser que antes había podido ser mi compañero de clase, mi amigo y en el peor de los casos yo podía convertirme en el ser que tanto asco y repulsión me estaba dando.

Esa cosa nos perseguía aunque no conseguía darnos  caza, era torpe, se caía y resbalaba con la sangre que su boca escupía. Volví al cuarto de donde habíamos salido, aporreaba la puerta, la empujaba intente abrirla a patadas pero era inútil, estaba completamente cerrada.

Un grito sordo y un fuerte golpe llamaron mi atención, me di la vuelta y me fijé que el  la cosa se encontraba en el suelo al lado de Lidia tumbado, traspuesto pero no muerto, Gemma sentada en el suelo. La mire, de su brazo salia una gran cascada de sangre, le habían desgarrado gran parte del antebrazo, su piel colgaba muerta de el y la marca de un gran y profundo mordisco se apreciaba bajo tanta sangre. Lo ultimo que recuerdo son gritos, lloros y chillos, mi corazón se para y no puedo aguantar tanto surrealismo.

Caí al suelo, me desmayé, es lo ultimo que recuerdo.

Una luz desenfocada, tenue...


Continuara...

Dejad vuestros comentarios sobre que opináis y lo que mejoraríais del relato, aprendo de los errores, estaré encantada de leerlos y contestarlos, GRACIAS :'3






martes, 17 de junio de 2014

- Capítulo 3 -

Un tenue rayo de esperanza...

Un leve suspiro puso fin al silencio que invadía aquella pequeña sala.


Hacia ya una hora larga que nadie hablaba. Tampoco oíamos movimiento en el exterior. Las gotas de sudor caían por nuestras frentes, deslizándose por las mejillas hasta llegar a la fina línea de nuestras mandíbulas, para terminar cayendo en un abismo.
Comenzamos ha hablar en susurros ya que no sabíamos donde estaba la criatura o las criaturas en el exterior. No sabíamos a que nos enfrentamos, sólo que teníamos que salir.
Decidimos echar a suertes en que orden saldríamos, necesitábamos salir como fuere. Teníamos pánico, podía hasta olerse en ambiente, no teníamos ni idea de que era lo que estaba pasando.


Lo que toque toca. La primera en salir sería Alba, luego la seguía Gemma, yo, Lidia y Guiomar. Un orden, discutido, pero, la que mandaba era la suerte. Nuestra misión era algo peliaguda, atravesar el pasillo de la clase de fotografía, llegar al fondo y bajar por las escaleras sin hacer ningún ruido que nos pudiese delatar.

 
La mano de Alba se deslizó suave y cuidadosamente por la fría manilla de la puerta, procurando evitar el más mínimo ruido que delatase nuestra presencia. Esas gotas de sudor que caían al abismo hasta chocar con el suelo era casi como un estruendo en el silencio. Nuestra respiración se entrecortaba a cada milímetro que la manilla avanzaba su ineludible curso hasta abrir la puerta.

Salimos pacientemente por la puerta, sin hacer ruido alguno, con cuidado, una a una, paso a paso... 

Un golpe sordo puso fin a nuestro silencio que tanto nos había logrado conseguir. Un desliz, la puerta se cerró pegando un portazo. Rápidamente con un gesto casi instantáneo nos miramos gritándonos con la mirada. Nos abalanzamos sobre la puerta, pero,se había cerrado, no había manera de volver ahí, no había vuelta atrás.

Optamos por continuar por el pasillo, era largo y apenas unos tenues rayos de luz entraban por las ventanas de la parte superior, permitiéndonos adivinar por donde caminábamos. Paso a paso alcanzábamos el final. El largo pasillo continuaba hacia unas esperanzadoras escaleras.

La luz era cada vez mas intensa a medida que nos acercábamos a las escaleras. Los grandes ventanales dejaban pasar la poca luz que quedaba, estaba oscureciendo, pero aun teníamos posibilidades de cumplir nuestro objetivo.

Unos gruñidos escalofriantes se abrían paso ante el tenso silencio que habíamos creado. Poco a poco se percibía mas alto,a estos se unían jadeos y pequeños crujidos, a decir verdad, algo desagradables al oído.  

Al doblar la esquina donde asomaban esas tan preciadas escaleras encontramos lo que tanto miedo en películas y series nos había podido causar. Un ser totalmente repulsivo que había salido de una persona. Esa imagen nos descartó que pudiera ser siquiera un brote de rabia.

Ese ser estaba arrodillado inclinado sobre algo que parecía ser una persona, en el rellano del entresuelo, en las escaleras, sí, aquellas escaleras que nos mostraban tanta esperanza hacia la salida y que eran nuestra única vía de escape. 

Recordaré esa imagen durante toda mi vida, su piel era pálida de tonos verdes, su cara apenas era reconocible. De su boca salia una gran cantidad de sangre que se escurría por su barbilla y caía como una gran cascada al cadáver despedazado de una pobre chica. 

Gran parte de su cuerpo mostraba magulladuras pero también grandes desgarros de piel. Sus brazos llenos de mordiscos y sus manos llenas de sangre sostenían algo, no se percibía bien que era, pero seguro que pertenecía al interior de esa chica. 




domingo, 15 de junio de 2014

- Capitulo 2 -

El silencio indica la calma...

Nos miramos, corrimos, llegamos a uno de los edificios más pequeños del recinto del colegio. En su interior, por el camino apenas encontramos gente y si había estaban ya escondidos en las aulas.


Subimos las escaleras que conducían al primer piso, buscamos una clase abierta pero no la encontramos. Con gran rapidez ya habíamos recorrido el largo pasillo y desesperadamente habíamos roto la manilla exterior del baño y nos resguardamos allí, de manera que nadie desde fuera pudiese abrir la puerta.
Todos de pie en ese pequeño cuarto, nos mirábamos, no sabíamos que estaba pasando y esperando una respuesta todas miramos a Alba. Nos miro, tenía peor cara que nosotras, gotas de sudor se amontonaban en sus cejas y rodaban por sus mejillas, estaba pálida como la nieve y sus piernas torsionadas de una forma un poco estraña, acompañadas de unos temblores que la recorrían de los tobillos a la cintura. Era una imagen oscura, aterradora, tan aterradora como el pánico que ella sentia, ninguna eramos conscientes aun de lo que ella habia sentido y vivido en solo unos instantes.

Comenzó a explicarnos que durante la mañana un chico de su clase se había puesto agresivo, le había cambiado la cara de repente, se había puesto pálido casi sin más, había empezado a lanzar mordiscos al aire, el chico empezó a agredir a sus compañeros y varios salieron mal parados con algunos mordiscos, incluso dice que había intentado agredir al profesor, aunque sin éxito. El profesor les dijo que saliéran de ahí y que hasta que los servicios de ayuda viniesen nos buscásemos un sitio seguro y esperásemos allí.


Eso habíamos hecho, pero éramos cinco ratoncitos metidos en una madriguera sin salida y sin una ligera idea de lo que había en su exterior, sin nada que comer, sin nada con lo que defendernos de lo que fuese, los móviles no respondían y con desesperación que nos invadía todo el cuerpo.
Caímos redondos al suelo, nos mirábamos buscando que alguna dijese algo que pudiese solucionar la situación. Sabíamos que aquel sito era demasiado arriesgado para quedarse allí durante todo el día, había que salir aunque nadie tenía el valor para decirlo.


Se hizo un gran silencio, escuchamos pasos en el exterior, corrían, eran varias personas, aporreaban las puertas de las cases buscando a alguien que las abriese, sin éxito, llegaron a la sala de al lado la abrieron y se metieron allí, no sabíamos quién podía ser pero seguimos escuchando. Cerraron la puerta, pero no mucho más tarde quizá unos segundos que se nos hicieron eternos un fuerte golpe puso fin al silencio, un fuerte golpe que fue seguido de otro fuerte golpe.
Gruñidos y golpes, el miedo se apoderado de nosotras, sólo esperábamos que las puertas resistiesen y que sobreviviésemos en esa ratonera.



sábado, 14 de junio de 2014

- Capitulo 1 -

Queridas lecciones de literatura...


Quinta fila a la derecha, junto al radiador, en el segundo piso del aula 19 del edificio Goya. Clase de Lengua, sí, esa aburridísima clase de literatura en la que todo el mundo está medio dormido. 

Vaya royazo nos está metiendo, menuda chapada... Ella me miraba con esos enormes ojos marrones, yo la miraba también, se reía,una enorme sonrisa con la que enseñaba esos preciosos dientes. Me hacía una mueca para expresar su aburrimiento sin fin y yo se la devolvía, acompañándola de una sonrisa. Guiomar, la había conocido ese mismo año, era una chica alta, de largo cabello castaño y una gran capacidad para hacer amigos fácilmente. Era genial, nos daba vida y nos alegraba cuando teníamos un mal día. Una fila mas adelante estaba Lidia, una chica bajita,de cabello pelirrojo y pecosa, de carácter fuerte pero con una gran debilidad con el cine. A su lado, sentada delante mio, estaba Gemma, friki, una de las mejores, compartíamos muchísimas aficiones, era alta y vaga, de cabello castaño con grandes caracolitos. Ellas por el contrario, mataban su aburrimiento discutiendo y peleándose, como siempre.  

Era martes, largo martes, siete horas de clases, un sufrimiento, y más si mirabas por la ventana y vías comenzar esos bonitos y calurosos días de verano... Después de hacernos nuestras típicas muecas de aburrimiento para pasar el tiempo comenzamos con las notitas, típicas notitas de adolescente, aunque vaya... no nos contábamos nada que no supiésemos, nada interesante en realidad. El profesor seguía enfrascado en la novela pastoril y nosotras pensando ya en el fin de semana, en que hacer a la salida, que ilusas, no teníamos ni idea de lo que iba a pasar horas después. 

"Concentradas en nuestra lección de literatura" comenzamos a oír ajetreo en los pasillos, pero bueno, nada fuera de lo normal una hora antes de un recreo. Toco la campana, recogimos, metimos todo en nuestras mochilas y justo al abrir la puerta la secretaria entró, como una bala. Parecía algo nerviosa, debía haber tenido una mañana algo movida, paso y comenzó ha hablar con el profesor. 

Nosotras salimos y fuimos a la cafetería del insti a seguir con la rutina. Allí cada uno se compro su bocadillo y su café. Los que fumaban se salían fuera y los sanos como notros nos quedábamos dentro. 

Como cada mañana ahí estaba él, el gran amor de mi vida, alto, fuerte, con ese pelo color ceniza, de ojos grandes y marrones, con ellos me veía el alma, con ellos te decia todo, de sonrisa perfecta. Jugaba al ping-pong con sus amigos. Cada día lo miraba y me enamoraba mas, pero vaya, tontadas de niña adolescente, algo imposible.

Era mi amigo, hablábamos de juegos, pelis, series, nos reíamos y nos mirábamos pero nada mas, exclusivamente eso, lo tenia muy asumido, el era tan solo un amigo.

Salimos de la cafetería, caminaba mirando al suelo, escuchando como mis amigos hablaban, hablaban de pasar el verano en Castellón, nos montábamos nuestras ilusiones. De repente se callaron se hizo silencio, alcé la cabeza, la gente comenzó a chillar y a correr, no sabíamos que pasaba, Alba, una amiga nuestra salió del edificio de donde procedían los gritos. 

Corriendo se acercó a nosotros, en su cara podia verse reflejado el miedo. Nadie sabíamos que pasaba. Ella nos dijo que corriésemos, que no preguntásemos hasta estar seguros, que buscásemos un sitio tranquilo y allí esperásemos.